jueves, 29 de septiembre de 2011

Henri de Toulouse-Lautrec



Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Montfa, conde de Toulouse-Lautrec-Montfa , conocido simplemente como Toulouse Lautrec o Lautrec es pintor neo impresionista, nació en Albi en 1864. Fue miembro de una familia aristocrática francesa. A los catorce años se rompió el fémur izquierdo a causa de una caída y al año siguiente, se quebró el derecho y a causa de una enfermedad congénita que le provocaba falta de calcio, durante el resto de su vida conservó un torso normal pero las piernas no le crecieron. La consecuencia fue una figura deformada, su tronco siguió desarrollándose con normalidad, pero sus piernas quedaron cortísimas alcanzando una altura de 1,52 m. La deformidad fue una fuente constante de infelicidad y amargura para Toulouse, le llevó al agudo alcoholismo que será la causa de su temprana muerte ya que padeció manías, depresiones y neurosis, además de ataques de parálisis en las piernas y en un costado. Además tuvo que ser recogido de las calles a causa de una borrachera y poco después en un delírium trémens llegó a disparar a las paredes de su casa creyendo que estaban llenas de arañas. Sin embargo seguía pintando de forma firme y rápida; pero lo volvieron a recoger alcoholizado en por lo que lo internaron en un sanatorio mental. Allí realizó una colección de pinturas sobre el circo.Le dejaron ir a casa de su madre en las posesiones de ésta cerca de Burdeos, y el 9 de septiembre de 1901 murió postrado en su cama.

En 1922 su madre y su tratante abrieron el Museo Toulouse-Lautrec en el Palacio de la Berbie, Albi, muy visitado y reconocido por su amplia colección.


Desde su niñez mostró gran afición por el dibujo, especialmente de animales, por lo que sus padres le pusieron un profesor, René Princeteau, quien le aconsejó inscribirse en el estudio del pintor académico León Bonnat. Más tarde, en 1883, entró en la academia privada de Cormon, donde coincide con Emile Bernard y Vicent van Gogh. Finalmente, abandona el estudio de Cormon e instala s propio estudio en el corazón de Montmartre, en el mismo edificio en el que trabaja Degas.


Degas será el referente más importante para Lautrec. Se sintió atraído por los mismos temas que él, las bailarinas, los caballos, etc., pero entre ambos hay diferencias. Degas representa un mundo mecánico, reiterativo y monótono, mientras que Lautrec pinta movimientos específicos y fugaces, por ello, necesita una técnica rápida. Su posición económica desahogada le permitió viajar en numerosas ocasiones, visitando Bruselas, Londres, Madrid o diversos puntos de la geografía francesa.
Alrededor de la vida de Henri de Toulouse-Lautrec existen muchos tópicos, ciertos en la mayor parte de los casos. Los mitos de Lautrec, especialmente su incapacidad para mantener una relación estable con las mujeres debido a su inseguridad, son conocidos por una amplia parte del público. La relación de Toulouse-Lautrec con las mujeres será una de las facetas más interesantes de su vida. La primera relación conocida es de 1883, cuando contacta con una modelo de 17 años llamada Marie Charlet. Lily Grenier se baraja como un de sus amantes hasta que conoció a Suzanne Valadon, conviviendo por un periodo de dos años hasta que Suzanne intenta suicidarse al no querer Henri tener un hijo con ella. Varias amantes se suceden hasta que elige el anonimato de las prostitutas para establecer relaciones con ellas, llegando a habitar durante una temporada en el Salon de la rue des Molins ya que el mundo de la prostitución será uno de los favoritos para el artista, siempre visto con cariño y respeto. Estas inseguridades y frustraciones llevarán a Henri a desarrollar en la pintura una vía de escape, una forma de evasión de la misma manera que harán Gauguin o su buen amigo Van Gogh.



Comenzó a frecuentar los cabarets, los cafés cantantes y los burdeles de París, tomando apuntes de amigos, artistas, bailarinas, prostitutas y cortesanos. Ese mundo turbador fe captado por Toulouse-Lautrec a través de su aguda percepción del movimiento, por las expresiones y los efectos de la luz, por su grafismo nervioso y por los contornos de líneas vibrantes aprendidos de las estampas japonesas. Además apenas practicó el pasaje, se decantó por los seres vivos, sobre todo por la figura humana en movimiento. Hace un uso expresivo y no sólo descriptivo del dibujo. Tiene una gran capacidad para captar la psicología de sus personajes, seres humanos en movimiento, gestos individualizados, bailes, etc que se demuestra en sus obras.



Lautrec es el creador del cartel moderno, introduce aspectos que influyen en la publicidad posterior. En sus carteles hay relación entre texto y letra. El cartel se dirige a convencer y requiere una imagen limpia, eficaz, y llamativa. A Lautrec le importa de modo especial el estímulo psicológico. A partir del dato visivo profundiza y capta lo personal. Al captar el rasgo personal, se decanta por el dibujo, el pastel y litografía. A Lautrec siempre le atrajo el tema de la escena y las carreras de caballos. No le atrae el mundo burgués, sino los ambientes más bajos como Montmartre. Lautrec entiende el arte como comunicación de actualidad.



Además es un gran experimentador de técnicas las usa con gran maestría y mezcla unas con otras. Él suele mezclar en un mismo apunte óleo, tiza, pastel, tinta china... . La técnica mixta le permite crear diferentes efectos. Para sus apuntes prefiere un cartón marrón, sin preparar, después aplica óleo muy diluido en esencia de trementina; da una textura curiosa, ya que el cartón absorbe la esencia de trementina y en la superficie queda el óleo mate. Tampoco cubre todo el soporte y juega con el color y la textura rugosa del soporte.



En el Moulin Rouge




Esta pintura de 1890 en óleo sobre lienzo, 115-150 cm., que muestra uno de los muchos bailes que tenían lugar en uno de los cabarets más famosos de Paris, es una de sus obras maestras, y junto con el "Moulin de la Galette" de Renoir es una de las mejores representaciones del París ocioso de su época. Hoy se encuentra Museo de Arte de Filadelfia.

Fue expuesto en el año 1890 en el Salón de los independientes. El recién inaugurado Moulin Rouge es visto por Lautrec en clave casi de caricatura, captado en un momento de frecuentación por parte de la sociedad parisina. Diversos personajes interactúan entre ellos, se apoyan en la barra del bar, discuten y observan a las bailarinas. Gracias a la línea pictórica que guía el ojo hacia los personajes en segundo plano a través de una hábil disposición de los elementos sobre la tela. Allí se entrevé a un hombre con la cara de calavera y a la bailarina Jane Avril, musa del pintor fue una bailarina de cancán del cabaret parisino Moulin Rouge que alcanzó la fama al ser inmortalizada por Toulouse-Lautrec.. En ese segundo plano están retratados amigos del pintor, los también pintores M. Guibert, F. Gauzi y Marcellin Desboutin y el fotógrafo P. Sescau.

En frente de ellos, a la izquierda del cuadro, Valentin-le-Désossé (Valentín el descoyuntado), famoso vividor de la época, dirige a otra bailarina, anónima. Es pelirroja y fuerte, lo que hace pensar en La Goulue en una actuación en público. El movimiento de estos bailarines contrasta con la quietud del público.

En el primer plano, una elegante dama con vestido rosa y sombrero.



Salón de la Rue des Moulins





Está realizado al óleo sobre lienzo. Mide 111,5 cm de alto y 132,5 cm de ancho. Fue pintado hacia 1894, encontrándose actualmente en el Museo Toulouse-Lautrec, Albi, Francia. También es conocido como En el salón de la rue des Moulins y En el salón del burdel de la rue des Moulins.


Al frecuentar Toulouse-Lautrec los prostíbulos, como este situado en la calle des Moulins de París. Acudía como cliente, pero también como testigo, en compañía de su primo, el doctor Tapié de Celeyran. A veces llegaba a pasar semanas enteras en uno de ellos, pintando y bosquejando la vida cotidiana de las prostitutas Es uno de sus temas favoritos que, como las bailarinas, las actrices o los cantantes, acaba siendo una representación de la vida nocturna de París.


Toulouse-Lautrec realizó varios bocetos antes de ejecutar la pintura definitiva . En este óleo representa el desgastado interior de un burdel. Se ve a varias prostitutas esperando a los clientes en los divanes de terciopelo rojo. La figura con el moño en alto y vestido rosa de cuello alto, que contrasta con el ligero ropaje de las demás mujeres, es la «gobernanta» o la «madame», quien dirige a las prostitutas una mirada evaluadora, pero casi compasiva; se encuentra en una posición tensa y parece preocupada.


Junto a ella se encuentra Mireille, la preferida del pintor, con un vestido azul y zapatos de tacón, sentada relajada. Toulouse-Lautrec representa con más simpatía a las prostitutas que a los clientes y proxenetas


El cuadro está dominado por el color. La composición está descentrada, dejando amplios espacios vacíos. Esto, unido a una abertura al fondo por la que entra la luz, consigue darle sensación de profundidad al cuadro. La luz entra sobre los escotes de las prostitutas, mientras que las caras quedan en sombra.

Pelirroja con blusa blanca




La modelo que posó para esta escena fue Carmen Gaudin, una de las mujeres más representadas por Toulouse-Lautrec en sus primeras obras parisinas. Su cabello rojo y su piel blanca fascinaron al artista, aunque Carmen casi nunca permitiera mostrar su rostro por lo que aparece aquí con la cabeza gacha. Se trata de un trabajo al aire libre, interesado Lautrec en captar los efectos de luz y color sobre la figura de la modelo, enlazando con el Impresionismo al utilizar sombras coloreadas y adelantándose al fauvismo al emplear tonalidades estridentes. Parece como si diera vuelta alrededor de ella , intentando captar su carácter en los cuadros, que la retratan de frente, de perfil , con la cabeza baja , vestida con un traje oscuro o
con una camisa blanca que hace resaltar el rojo del fuego
de sus cabellos . La figura se recorta sobre un fondo neutro para resaltar la blancura de la camisa, destacando un ligero defecto en la anchura del cuello que el pintor pretende disimular con las tonalidades verdes de esa zona. Lautrec utiliza una pincelada suelta, otorgando a la imagen un sensacional efecto volumétrico, especialmente en el cabello y la camisa.

La joven obrera posará para otros pintores y varías veces para Lautrec , que la representa en diversas poses y actitudes , estudiando su fisonomía desde diversos ángulos .

El pintor se detiene con discreción en la feminidad esquiva de la modelo , cuyo rostro selvático y actitud sumisa son indagados con gran sensibilidad hacía la psicología del personaje.

Actualmente se encuentra en el Museo Thyssen Bornemisza mide 59´5 x 48´2 cm y esta pintado en oleo sobre lienzo

                                                           Silvia Gómez Camacho






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